Tartalo
En la mitología vasca, Tartalo (con variaciones como Torto o Alarabi) representa a un cíclope antropomorfo, gigantesco,12 con costumbres antropófagas y comportamiento terrorífico. Vivía en las montañas, según algunas fuentes en un monte próximo a las localidades navarras de Zizur Mayor y Astráin, el monte Erreniega (1.057m, conocido más como Monte del Perdón por la ermita que tiene en la cumbre dedicada a la Virgen del Perdón) o en el monte Saadar en Cegama (Guipúzcoa), donde hay un dolmen llamado Tartaloetxea («casa de Tartalo»).
Su tamaño es descomunal al igual que lo es su fuerza, y su entretenimiento favorito es tirar piedras de un monte a otro y jugar a el fútbol. Cuenta la leyenda que debido a este entretenimiento se crearon varias construcciones existentes hoy en día. Al contrario que otros personajes también gigantes, como los «Jentilak», Tartalo es perverso, de instintos salvajes y muy agresivo. Se alimenta de ovejas, niños e incluso adultos de vez en cuando. Tartalo era poseedor de un anillo mágico que le servía para controlar a sus presas, ya que al grito de Non hago? («¿Dónde estás?») por parte de Tartalo, el anillo respondía Hemen nago, hemen nago («Aquí estoy, aquí estoy»), lo que delataba a su presa. Existe una vieja leyenda vasca que dice que murió ahogado persiguiendo a una de sus presas humanas tras lanzarse a un pozo.
VIÑEDO
El viñedo de 0,7 donde se cultivan las uvas con el que se elabora el vino Tartalo fue plantado en 1920 en el Barranco de San Julián, a 600m de altitud en suelos calcáreos muy pobres en Elvillar (Rioja Alavesa). Rendimientos de menos de 3.000 kilos por hectárea. Vino parcelario de un ‘Grand Cru’ único que muestra todo el paisaje que lo rodea.
VINIFICACIÓN
La elaboración del vino Tartalo comienza con la fermentación alcohólica con levaduras indígenas en tinos de roble francés de 1.000L y en barricas usadas abiertas de 500 litros de roble francés. Posterior crianza durante 12 meses en barricas austriacas (de 47ml) usadas de 600L.
NOTAS DE CATA
Tartalo 2019 es ante todo, un vino parcelario único, que muestra todo el paisaje que rodea la viña pero en vino, dando esa longevidad y esa fluidez tánica única. Fruta roja, con notas marcadas de monte bajo, tomillo y romero con fondo mineral. Un vino fresco, de excelente acidez, taninos suaves y fluidos, con enorme longitud y guarda.
VARIEDADES
48% Tempranillo, 48% Garnacha, 2% Viura, 2% Garnacha Blanca
PRODUCCIÓN
1.537 botellas de 0,75 cl.
Valoraciones
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